Medidas de seguridad en una cámara de atmósfera controlada

A finales del siglo XIX se descubrió que la fruta madura más lentamente cuando es almacenada en una atmósfera baja de oxígeno con el binomio de la acción conservante del frío. La atmósfera controlada consiste en una atmósfera pobre en oxígeno (O2) y más rica en dióxido de carbono (CO2). Esta tecnología es muy recomendable para aquellos productos hortofrutícolas que se requiera alargar su período de conservación, manteniendo su calidad de cosecha.

En esta tipología de cámaras el nivel de oxígeno puede llegar a ser muy bajo, inferior al 1%, lo que supone un riesgo mortal por asfixia. La concentración de oxígeno en el aire es de un 21%. Una concentración de oxígeno inferior al 16% puede considerarse peligroso para el ser humano. Por debajo del 10%, el riesgo de asfixia mortal es prácticamente certero.

La atmósfera artificial ralentiza los procesos metabólicos provocando una mayor lentitud en la respiración, la transpiración, retrasando la maduración, estando el fruto en condiciones latentes, con la posibilidad de una reactivación vegetativa una vez se devuelve el fruto a un ambiente atmosférico normal.

Según lo establecido por el Reglamento de Seguridad para Plantas e Instalaciones Frigoríficas (Real Decreto 552/2019, de 27 de septiembre), se recuerda que:

  1. En todas las cámaras de atmósfera artificial se dispondrá un rótulo en la puerta de estas, con la indicación “Peligro, atmósfera artificial”, prohibiéndose la entrada en ella hasta la previa ventilación y recuperación de las condiciones normales.

Las puertas deben quedar completamente bloqueadas de manera que resulten inaccesibles. Entre otras acciones, se recomienda:

  • Disponer de un sistema de cerradura (Ej.: candado). Obligatorio en los “ventanillos”.
  • Designar a una persona responsable de la custodia de la llave.
  • Disponer de un sistema indicativo del estado de cámara en régimen de atmósfera controlada, siendo responsabilidad del cliente actualizar cada cambio de estado.
  1. En el interior de las cámaras acondicionadas para funcionar a temperatura bajo cero o con atmósfera artificial se dispondrán junto a la puerta, y a una altura no superior a 1,25 metros, dos dispositivos de llamada (timbre, sirena o teléfono), uno de ellos conectado a una fuente autónoma de energía (batería de acumuladores, etc.), convenientemente alumbrados con una lámpara piloto y de forma que se impida la formación de hielo sobre aquella.
  2. Cuando exista una salida de emergencia estará debidamente señalizada, disponiendo, junto a ella, una luz piloto que permanecerá encendida, alimentada de la red de emergencia por si faltara el suministro eléctrico.
  3. Las cámaras de atmósfera controlada deberán disponer, junto a cada una de las puertas, de un hacha tipo bombero con mango sanitario y longitud mínima de 800mm.
  4. Se dispondrá, como mínimo, de un equipo autónomo de aire comprimido, en correcto estado de revisión. Si la carga de refrigerante es superior a 500 kg, se dispondrá de dos equipos.
  5. Antes de entrar en las cámaras se comprobará mediante analizadores adecuados que la atmósfera es respirable.
  6. En caso de tener que realizar una intervención en una cámara que está funcionando en régimen de atmósfera controlada, en primer lugar, se tendrá que descontrolar. Antes de entrar en la cámara, se comprobará con un analizador personal que los valores de O2 CO2 están en niveles seguros para las personas (21% y 0%, respectivamente).

Trabajar bajo condiciones de atmósfera controlada, expone al personal a grandes riesgos. Todos los empleados de las centrales que hagan uso de esta tecnología deberán seguir las recomendaciones presentes.