Ilerfred, de la mano de L. Torregrosa, directora de I+D+i, participa en el VII Curso Tecnología Poscosecha de Cítricos y cultivos emergentes en la región mediterránea, revelando los secretos detrás de la conservación de los productos hortofrutícolas.

En esta carrera de la poscosecha, la clave es el preenfriamiento, un paso fundamental para ralentizar las actividades metabólicas y reducir la pérdida de calidad.

Mediante un tratamiento de prerefrigeración se reduce hasta 20 veces la actividad respiratoria en manzanas y melocotones, así como hasta 15 veces en brócoli.

Entre los métodos más comunes, el hydrocooling y el túnel de aire destacan por su versatilidad, siendo el primero el doble de rápido debido a un mayor intercambio térmico.

Una vez fríos, el siguiente paso es la instalación frigorífica. El sistema de frío expulsa el calor de los frutos, siendo esencial para mantener su calidad. La eficiencia energética cobra vital importancia, ya que más del 50% del consumo energético en una central hortofrutícola proviene de la refrigeración.

La elección del compresor es crucial. Los herméticos o semi herméticos son ideales para capacidades pequeñas, mientras que los de pistón o tornillo se prefieren en instalaciones más grandes. La incorporación de variadores de frecuencia contribuye al ahorro energético.

El uso de tecnologías como el evaporador impelente permite un enfriamiento más eficiente y un ahorro energético, especialmente en instalaciones con campañas prolongadas.

En la recta final de la carrera, las atmósferas controladas resultan esenciales. El control preciso del oxígeno es crucial para evitar procesos fermentativos no deseados. La innovación en tecnologías de atmósfera controlada ha permitido reducir el oxígeno, evitando la respiración anaeróbica y garantizando frutas y verduras frescas y de calidad desde el campo hasta el consumidor.